lunes, 9 de julio de 2007

Un amo ilusionado


Esto lo he cogido de un blog que me gustó mucho...Espero que a los que no sois muy vag@s para leer tb os guste...





Un Amo ilusionado.



Dicen los expertos que los momentos de mayor creatividad están unidos a tiempos de depresión, desamor, abandono, tiempos de tristeza y pesar. Discrepo ligeramente, pues la ilusión impulsa la creación con parecida pasión. Podríamos concluir que la mediocridad está ligada a los términos medios en lo que a creación se refiere. Un Amo ilusionado, puede transpirar creación y lujuria. Es tan hermoso encontrar un Amo lujurioso, tan divino ser tocado por la diosa casualidad....

Os contaré algo que todo Amo debe saber. Ya conocéis de la existencia del Amo Universal y de la diosa casualidad. Lo que no sospecháis es de la relación entre ambos, y creo que tanto un Amo como una esclava, incluso las Amas y los esclavos, debería de conocerla. Estáis de suerte además, porque esta historia es poco conocida y por tanto difícil dar con alguien que pueda contarla. Es igualmente complicado encontrar quien quiera contarla, porque el Amo Universal impuso restricciones para la transmisión de su vivencia, veréis; Solo podía ser transmitida por un Amo, no uno en número, sino en calidad de Amo, y ese Amo a quien se le confería la posibilidad de hacerlo, solo podría hacerlo en estado de lujuria, es decir y en otras palabras, el privilegio de relatar lo que al Amo Universal y a la diosa casualidad les sucedió, recaía en un Amo ilusionado.

Os contaré que la diosa casualidad, de extraordinaria sumisión al caos y a la necesidad, urdió un delicado y comprometido plan por el que se permitiría el lujo de verse envuelta en un encuentro cuasi místico. Cualquiera podría pensar que para la diosa era fácil hacer coincidir fenómenos, personas, cosas, situaciones, pero no es así cuando se trataba de su propio ser. De este modo, tuvo que esmerarse, esforzarse para construir una cadena de acontecimientos que pudieran sorprenderla a ella misma, pues la casualidad no existe sin la sorpresa y la sorpresa se asocia a un cierto desconocimiento. ¿Cómo pues la diosa casualidad podría sorprenderse a sí misma?. ¿Cómo planearía un encuentro tan altivo y tan secreto que ni ella tuviera constancia del mismo?. Espero podáis sentir la complejidad de la hazaña que la diosa casualidad tenía como objetivo, y que mis pobres palabras no os enmarañen tal conocimiento, pues el Amo Universal no me lo perdonaría. Bien, podéis intuir que no fue fácil, sin duda, pero la diosa estuvo a la altura. Embebida en el caos de la creación y en la propia certidumbre de saberse perdida, surgió una chispa misteriosa, ni cautiva, ni libre, solo serena. Una chispa serena y un terremoto sin temblor, algo sorprendente y de naturaleza caótica e inabordable. Monstruos nauseabundos, seres que surgieron del vacío. ¿Casualidad?, cómo saberlo. Era simple necesidad de una esclava, no era casualidad ni caos, no era en absoluto algo premeditado, tampoco azaroso, era algo superior, como el instinto y la razón.

La diosa, sobrecogida, solo miraba. Atendía sus obligaciones, hacía encontrarse Amos y esclavas, Amas y esclavos, Amas y esclavas, Amos y esclavos. Cumplía con su obligación, se esmeraba, y la chispa la sorprendió. Los instintos sorprenden a la razón a menudo, pero la diosa casualidad no sabía nada. Su ignorancia se convirtió pronto en certeza y todo su deseo en abandono, del que el Amo Universal tomo a grandes cucharadas todo, absolutamente todo.

Allí estaba, ante ella, recostado, mirándola. Había surgido prácticamente de la nada, de la que la diosa era consciente, pero cuyo contenido el Amo Universal había dispuesto desconociera. De este modo, la casualidad sorprendió a estos seres superiores y los condujo al encuentro, universal y privado como el de todos, y el Amo, como había sido planeado en el caos del principio de los tiempos, la tomó, la hizo suya, la más suprema de las esclavas fue poseída y arrodillada, sometida, y juró servirle siempre, de forma obligada, confusa y distante o cercana y precisa, pero con la eternidad que solo los dioses pueden manifestar, disponiendo que seres algo más vulgares habrían de seguir su ejemplo. Despreciaron al resto de los seres que no siguieran su ejemplo, a los convencionales y más aun a los que no siéndolo no tomaran la decisión de seguir a sus instintos, y se traicionaran una y otra vez. A esos seres deberían relatarle su vivencia, pues viéndola tan complicada, apreciarían sencilla la suya. Para hacerla saber seleccionarían unos cuantos Amos y algunas esclavas, que una vez ilusionados e ilusionadas, serían capaces de transmitirla con entereza y sabiduría.

Y aquí estoy. Ahora se por qué razón he sido ilusionado. Soy solo un medio para transmitir lo que el Amo Universal y la diosa casualidad han gozado, deseado y querido. Se que solo he sido llamado a la ilusión y la lujuria por este hecho, pero soy feliz de que así sea, y espero haber cumplido bien la tarea para la que he sido encomendado. Si el Amo Universal os pregunta, rogaría le hicierais saber que he transmitido fielmente lo que se me había encomendado. Yo por mi parte tengo que agradecerle que me halla elegido para ilusionarme, de modo que se halla tomado la molestia de hacerme contactar con seres especiales, con esclavas arrogantes y precisas, de permitirle a su diosa casualidad organizar mis encuentros, solo para contar con un Amo ilusionado que hiciera pública su vivencia. Me siento tan digno, que podría gritar que soy un Amo, pero no lo haré, pues al unísono debería sonar la voz de mis esclavas, a coro y distantes pero sumisas y esto puede que no siempre sea posible. Me conformaré en mi dignidad, con sospecharme un ser diferente, peculiar y único, sin caer en el error de saberme sobrenatural

Solo una última cosa. Me comentó en una ocasión el Amo Universal, que los ratones y las ranas no entenderían nada. No estoy seguro que así sea, perdérsela, solo por ser ratón o rana... me parece tan triste..

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